En la Naturaleza las abejas son adorables porque, sin ellas, la polinización de muchísimas especies vegetales sería imposible. Pero en nuestro caso la cosa es diferente ya que, si queremos producir semillas de calidad, o lo que es lo mismo, semillas no hibridas, las abejas pueden ser un serio inconveniente, ya que con mucha facilidad pueden polinizar flores de un ejemplar de una especie con polen procedente de flores de un ejemplar de otra especie.
Para evitar la hibridación lo mejor que se puede hacer es realizar una polinización por nuestros propios medios, asegurándonos de que cruzamos plantas de la misma especie, y aislar después esas plantas para evitar que las abejas, u otros insectos, hagan polinizaciones hibridas en nuestra plantas.
Como se puede ver en el siguiente enlace, ya hemos tratado este tema previamente:
A pesar de todo esto, tengo que reconocer que me encanta ver como las abejas revolotean entre las flores de mis Lithops. Claro que intento que no lo hagan en los ejemplares que quiero utilizar para producir semillas, pero con los Lithops que tengo desemparejados y que, por lo tanto, no utilizaré para producir semillas, suelo hacer grupos cuando están en flor y los llevo todos al alfeizar de una ventana, muy lejos de donde tengo los "Lithops reproductores", y allí espero a que vengan las abejas a darse un festín.
Y viene, ¡por supuesto que vienen!
Todas las semillas que recolectaré el siguiente año de estos variopintos ejemplares serán tratadas como "semillas mix" ya que, aunque siempre podré saber la especie madre de dichas semillas, nunca conoceré la especie padre.
Este otoño no ha sido una excepción. En el alfeizar de los Lithops sin pareja han venido numerosas abejas de varios tipos. Quizás las más numerosas hayan sido una especie de pequeñas abejas de color negro que han frecuentado mi terraza todas las tardes soleadas.
Creo que se trata de ejemplares del género Chelostoma, pero no estoy nada seguro de ello.
En el siguiente enlace se puede ver una ficha sobre una especie, de dicho género, con la que yo creo que tienen mucho que ver las abejas negras de las que estamos hablando:
Aunque había varios tipos de Lithops en el alfeizar donde he tomado estas fotografías, la mayoría de ellas están hechas en un Lithops bromfieldii insularis de diez cabezas, seis de las cuales estaban en flor. Creo que, por motivos obvios (¡seis flores juntitas!) este era uno de los ejemplares por los que las abejillas negras de este año sentían una gran predilección.
A continuación se pueden ver algunas de las fotografías que tomé la semana pasada. Tal vez sean demasiada pero, ya lo dije antes, ¡me gustan estas bonitas abejas!:
Foto nº 1 - 21/10/2016
En el mundo de las abejas, según creo, hay, más o menos, unas 20.000 especies diferentes. Así que, incluso para un experto, no debe ser demasiado sencillo identificarlas. Yo, que no soy un experto en absoluto, he estado buscando por ahí y creo que, en este caso, se trata de un ejemplar del género Chelostoma. ¡No me atrevo a decir la especie!
Foto nº 2 - 21/10/2016
El intuitivo nombre común de este tipo de insectos es "abeja negra"
Foto nº 3 - 21/10/2016
La misma foto anterior, pero un poco más cerca.
Foto nº 4 - 21/10/2016
La distribución europea de la abeja negra abarca prácticamente la totalidad del continente: desde el sur de Finlandia hasta el sur de España.
Foto nº 5 - 21/10/2016
Las hembras sólo están activas en los días cálidos. A menudo pueden verse grupos de varias hembras alimentándose en una misma flor.
Foto nº 6 - 21/10/2016
Las antenas son los órganos principales que emplean de las abejas para percibir su entorno.
Foto nº 7 - 21/10/2016
Los machos a menudo suelen permanecer varios días en la misma flor cuando las condiciones meteorológicas no son muy buenas.
Foto nº 8 - 21/10/2016
Para recolectar el polen se agarran a las anteras de la flor, con sus mandíbulas y con sus patas delanteras, y utilizan sus patas traseras para empujar el polen hacia atrás, de forma que se quede adherido a los pelos en su parte inferior.
Foto nº 9 - 21/10/2016
Los machos tienen una especie de "pinza" con dos "uñas" en el segmento final del abdomen.
Foto nº 10 - 21/10/2016
Tanto los machos como las hembras tienen un tamaño similar (entre 6 y 7 milímetros)
Foto nº 11 - 21/10/2016
Las hembras son más peludas que los machos, especialmente en la parte inferior del abdomen, donde tienen numerosos pelos para recoger el polen.
Foto nº 12 - 21/10/2016
Las alas son membranosas y están surcadas por nervaduras.
Foto nº 13 - 25/10/2016
Allá donde hayas flores habrá abejas. Se las puede encontrar en todos los continentes, excepto en la Antártida.
Foto nº 14 - 25/10/2016
La boca de las abejas está formada por dos poderosas mandíbulas que sirven para muchas cosas: cortar, pinzar, cepillar, amasar, ...
Foto nº 15 - 20/10/2016
Hacen sus nidos aprovechando cualquier pequeño agujero en todo tipo de superficies, especialmente en madera.
Foto nº 16 - 20/10/2016
Las abejas, al igual que las hormigas, evolucionaron a partir de las avispas.
Foto nº 17 - 20/10/2016
Como estas flores estaban muy cargadas de polen, la abejas terminaban completamente embadurnadas.
Foto nº 18 - 20/10/2016
A punto de emprender el vuelo.
Foto nº 19
Este es el Lithops bromfieldii insularis en el que estaban libando las abejas de las fotos anteriores.