Apuntes temáticos

Tema 03.01


"El retorno del Lithops werneri"

Julio de 2012


En esta página se presenta un resumen del artículo "The return of Lithops werneri", cuyo autor es Keith Green. El artículo original fue publicado en la revista Cactus World, el pasado mes de Junio de 2012 (número 2, volumen 30).

Antes de nada me gustaría trasmitir mi agradecimiento a Keith Green, autor del artículo original, por haberme autorizado a realizar este resumen en español, así como a Al Laius, editor de la revista Cactus World, por haber dado su consentimiento para que se pudiera elaborar esta reseña.

La historia que se cuenta en el artículo de Keith Green es muy bonita.

El único lugar conocido donde vive el Lithops werneri es al sur de las Montañas Erongo, en Namibia. Aunque, tal vez, sería mejor decir "vivía". O puede que no, puede que aún podamos decir "vive". En el artículo se resuelva esa incógnita: ¿Vive o vivía?


En un viaje realizado por el profesor Desmond Cole y su esposa Naureen, en el año 2007, a los alrededores de las Montañas Erongo, no fueron capaces de encontrar ni un solo ejemplar de Lithops werneri en toda el área donde siempre había sido localizado.



Foto 1:
Las espectaculares montañas Erongo, en cuyos alrededores se encuentra el hábitat natural de Lithops werneri
(c) Keith Green

En el año 2009, el propio Keith Green, junto con su esposa Debra, hicieron un nuevo viaje a las Montañas Erongo con el mismo resultado: ¡no vieron ni un solo Lithops werneri!

Hubo varios intentos más para localizar al menos un ejemplar. Entre estos intentos cabe destacar el realizado por Tok Schoeman, auténtico experto en el género Lithops y oriundo de Windhoek, la capital de Namibia. Pero todos los viajes terminaron igual: La especie Lithops werneri había desaparecido completamente.

Se supuso que esta especie podría haberse extinguido debido a una enorme tormenta, que produjo una gran inundación, entre los años 2003 y 2004. Aunque tampoco se descartó que algunos recolectores poco escrupulosos hubieran tenido un importante papel en el proceso de desaparición total del Lithops werneri de su hábitat original.

Al margen de que el efecto de la tormenta, y la posterior inundación del 2003, hubieran podido ser un contratiempo natural para la evolución de esta especie de Lithops, en opinión de Keith Green, ese no había el motivo principal de su desaparición, ya que durante cientos de años ha habido otras tormentas e inundaciones igualmente importantes en la región, y eso nunca ha supuesto la extinción total de la especie. Sin duda el motivo fundamental de la desaparición ha sido el propio ser humano, que la ha recolectado codiciosa e irresponsablemente.

Keith Green y Tok Schoeman pensaron que, dado que el responsable principal de la desaparición de la especie había sido el hombre, lo normal era que el hombre hiciera algo para su reintroducción.

El proyecto de reintroducción pudo comenzar gracias a la existencia de ejemplares de Lithops N.E.Br. werneri Schwant. & Jacobs. en la colección de un investigador de prestigio, que podía garantizar la pureza genética de sus Lithops, asegurando que realmente se trataba de individuos de la especie identificada con el número C188 en la colección de los Cole.

Antes de ponerse manos a la obra, Tok Schoeman contactó con Sonja Loots, conservadora del National Botanical Research Institute de Namibia, que decidió apoyar y monitorizar el proyecto de reintroducción del Lithops werneri en su hábitat.

Hubo que conseguir la autorización del propietario de los terrenos donde se quería realizar la reintroducción, así como contar con la importante colaboración de Roy Earle, nacido en Namibia, pero cultivador de Lithops en Gran Bretaña.

También se contó con ayuda de la British Cactus & Succulent Society (BCSS), que financió el alquiler de un vehículo con tracción a las cuatro ruedas para poder llegar a los lugares donde se pensaba trasplantar los 150 ejemplares que se quería reintroducir.

Después de analizar todas las posibilidades se decidió que lo mejor era trasplantar ejemplares jóvenes suministrados por Tok Schoeman. Se utilizaron ejemplares de primera o segunda generación, procedentes de cuatro especímenes del C188 que él mismo había comprado a Etwin Aslande. La pureza de estos ejemplares estaba garantizada porque las semillas procedían de cápsulas de flores que habían sido polinizados a mano, en condiciones muy controladas.



Foto 2:
Algunos de los jóvenes ejemplares de la colección de Tom Schoeman que, posteriormente, fueron utilizados en el proyecto de reintroducción
(c) Keith Green

En febrero de 2012 se puso en marcha el proyecto utilizándose dos vehículos: el financiado por la BCSS, en el que viajaban Keith Green, su hijo Christopher, Tok Schoeman y su esposa Denise; y otro vehículo aportado por el gobierno de Namibia, en el que viajaba Sonja Loots con su madre Lida y con Roy Earle.

Keith, Christopher, Tok, Denise, Sonja, Lida y Roy, los siete integrantes del grupo, se reunieron el primer día del viaje en casa de Tok, en Windhoek, donde recolectaron las plantas a trasplantar, responsabilizándose Sonja, como representante el gobierno, de su custodia a los largo de todo el viaje.

Viajaron por carreteras asfaltadas hasta llegar a Usakos y, a partir de ese momento, continuaron por caminos de tierra hasta llegar a la zona donde querían realizar la reintroducción.

Como Keith ya había estado en esa región previamente, en un viaje realizado con Desmond Cole, fue él quien dirigió al grupo a los lugares donde se iban a trasplantar los ejemplares. Después de un par de horas buscando ubicaciones ideales, Sonja hizo un sorprendente descubrimiento. Muy sorprendente: Un Lithops werneri, ¡allí había un Lithops werneri!

Después de buscar concienzudamente en los alrededores, el grupo pudo encontrar unas cuantas plantas adultas de la misma especie. Lo más gratificante de todo fue que algunas de las plantas encontradas tenían cápsulas de semillas. ¡La especie no estaba extinguida!



Foto 3:
Uno de los ejemplares adultos de Lithops werneri que se encontraron. Obsérvese que tiene una cápsula de semillas, sin semillas. ¡Excelente noticia!
(c) Keith Green

A pesar de esa agradable sorpresa, el número de ejemplares encontrados eran tan pequeño que Sonja Loots decidió que la reintroducción debía continuar, para lo cual buscaron sitios similares a los lugares donde habían encontrado los ejemplares adultos, para asegurarse de que los emplazamientos de las plantas jóvenes recién trasplantadas serían apropiados.

Las plantas fueron trasplantadas en grupos de entre 10 y 25 ejemplares, enterrándolas ligeramente y regándolas para asegurar que quedaban bien asentadas y, a continuación, situaron algunas piedrecillas, tomadas del propio hábitat, a su alrededor.

Se tomaron las coordenadas GPS de cada uno de los grupos de plantas trasplantadas, para poder hacer un seguimiento posterior de su evolución. Por motivos obvios no se han hecho públicas dichas coordenadas; es más, el grupo quedó muy satisfecho al comprobar lo difícil que era localizar las plantas entre las piedras que, literalmente hablando, se confundían con ellas.



Foto 4:
El excelente mimetismo de los Lithops en su entorno natural es una de sus mejores bazas para prosperar. ¿Cuántos ejemplares hay en esta fotografía? . . . ¡Si salen menos de ocho es mejor seguir buscando!
(c) Christopher Green

A pesar de que el grupo quedó muy satisfecho del trabajo realizado, no por ello dejaron de ser conscientes de que sólo se trataba de un pequeño número de plantas, por lo que, a pesar de los trasplantes, la población de Lithops werneri sigue en una situación muy peligrosa.


En todo caso, y esto ya no forma parte el resumen del artículo, sino que se trata de mi opinión personal, del relato de esta iniciativa se pueden obtener tres interesantes conclusiones:



Foto 5:
Tok Schoeman, con camisa azul, y Keith Green, con camisa blanca; durante el proceso de trasplante de los jóvenes ejemplares
(c) Christopher Green