Apuntes temáticos
Tema 01.06
Lithops, un planning para su primer año de vida
Marzo de 2014
Me ha llegado la siguiente pregunta: "¿me podrías hacer como un planning de lo que debemos hacer cada mes con las plántulas? Me refiero a recomendaciones según los meses que tengan estas".
Aunque mucha gente es enemiga de las "recetas" estándar para el cultivo de Lithops, yo sí soy partidario, así que voy a preparar el planning que me piden.
Los enemigos de este tipo de plannings suelen argumentar que no es posible hacer un plan de trabajo que valga para todos los ejemplares de Lithops, ya que hay diferencias entre las distintas especies, e incluso también puede haber diferencias entre distintos ejemplares de una misma especie.
En efecto, eso es así, pero esto no quiere decir que no se pueda tener un plan estándar de trabajo, que luego se puede particularizar dependiendo de las circunstancias. Por ejemplo: Yo aplico el siguiente criterio general: "en época de riegos, regar cada catorce días, abundantemente (hasta que sala agua por los agujeros de drenaje) a todos los Lithops adultos". Obviamente, en algunos casos no aplicaré esta regla, bien porque vea que un ejemplar está muy arrugado, y por lo tanto demanda agua; o bien por todo lo contrario. Pero, salvo excepciones, siempre aplico esa regla.
Antes de empezar tendríamos que decidir cuál es el mejor momento para hacer la siembra de las semillas. En teoría, según la mayor parte de la bibliografía, la mejor fecha para sembrar es a finales de primavera o principios del verano, de forma que los jóvenes Lithops llegarán con un tamaño relativamente grande al invierno. Pero todo dependerá del lugar donde estemos, por ejemplo, como yo cultivo Lithops en Madrid, mi principal problema no son los inviernos sino los veranos. Yo he tenido más dificultad para mantener a las plántulas vivas cuando el terrible sol veraniego de Castilla La Mancha las puede llegar a quemar que en los relativamente tibios inviernos de mi terraza, situada en el centro de la ciudad. Así que yo prefiero sembrar mucho antes: en el mes de enero, o incluso en diciembre, de forma que cuando llegué el mes de Julio, y sol sea inclemente, las plántulas tengan ya un tamaño aceptable.
Lo dicho en el párrafo anterior debe servir de ejemplo para que cada uno reinterprete todo lo que se va a contar a continuación que, en todo caso, puede servir de base para que cada uno lo adapte a sus propias circunstancias.
Así que, sin más, voy a describir el planning de cultivo para Lithops cultivados desde semilla durante su primer año de vida (por supuesto no es la única posibilidad, existen otras variantes que también pueden dar excelentes resultados, esta simplemente es mi forma de hacer las cosas, pero no es la única forma, ni siquiera la mejor):
Todas las fotos mostradas en estos apuntes las he tomado de mis propios semilleros del los tres últimos años.
• Primera semana de vida:
Las semillas deben estar colocadas en la parte superior del sustrato de cultivo (dejándolas caer, sin enterrarlas). El sustrato será de tipo mineral, muy poroso y, en la parte superior, tendrá una granulometría fina, para evitar que las semillas se entierren al caer (no es deseable que se cuelen para abajo). Se utilizará una maceta de unos 9 cm. de alto (para que los Lithops puedan permanecer en ella durante uno o incluso dos años) con dos o tres agujeros de drenaje. El número de semillas a sembrar dependerá de nuestras existencias, pero debe ser abundante, por ejemplo, como mínimo, entre 20 y 40 semillas en una pequeña maceta de 8x8 cm. Se debe mantener el sustrato permanentemente cubierto con un plástico trasparente, esto se hace para mantener un alto grado de humedad. Se debe pulverizar abundantemente un par de veces al día (obviamente retirando temporalmente la cubierta de plástico). Las condiciones ideales de temperatura son tales que por las noches no se baje de los diecimuchos grados y durante el día no se suba de los veintimuchos grados (este rango es flexible, tanto por abajo como por arriba). El semillero debe mantenerse en un sitio con buena luz diurna, pero sin que reciba luz directa del sol. A partir del cuarto día se debe observar como germinan las primeras semillas (se verá algo verde). Es posible que las semillas tarden más días, e incluso más semanas, en germinar, pero lo normal es que en la primera semana ya se vean resultados.
Las semillas de Lithops son de muy pequeño tamaño, por lo que cuesta mucho manipularlas.
Aquí podemos ver algunas semillas de Lithops viridis muy ampliadas con un objetivo macro.
• Segunda semana de vida:
Las plántulas crecerán un poco y se irán irguiendo, hasta alcanzar una posición vertical. Debe seguir aplicándose el mismo método descrito en el punto anterior, con una única diferencia: Se retirará, durante algunas horas cada día, el plástico que cubre el semillero (o se harán unos agujeros en él). Esto se hace con la idea de que las plántulas continúen teniendo mucha humedad, pero no tanta como para que puedan aparecer mohos u hongos.
En esta segunda semana la plántula tomará una posición erguida.
En este caso, incluso se ve que aún no se ha desprendido de la semilla.
(Esta fotografía está tomada con la semilla germinada sobre un papel absorbente para apreciar mejor su comportamiento)
• Tercera semana de vida:
Se retira definitivamente el plástico. Se mantienen las mismas condiciones de cultivo indicadas en los puntos anteriores. La plántulas continuarán siendo extremadamente pequeñas, aparentemente no crecerán nada y sólo es fundamental mantenerlas verticales, ya que algunas de ellas tienden a caerse. Continuaremos pulverizando abundantemente un par de veces al día, asegurándonos siempre de que el sustrato permanece húmedo, pero no encharcado (el agua debe salir por los agujeros de drenaje de la maceta).
Ejemplo de plántulas 19 días después de sembrar.
Si han geminado todas las semillas las plántulas estarán muy apretujadas, esto tiene ventajas e inconvenientes.
La principal ventaja consiste en que unas plántulas se apoyan en otras, literalmente hablando, para sostenerse mejor.
• Cuarta semana de vida:
Todo continúa igual. No debemos impacientarnos ni preocuparnos por el hecho de que no se aprecien variaciones sustanciales en el aspecto de las plántulas. Sólo debemos estar atentos a que las plántulas se mantengan en posición vertical y que continúen siendo verdes. En realidad, en este momento, lo único que tienen que hacer es desarrollar raices.
Aspecto de las raices de una plátula, en este caso treinta días después de haber sembrado las semillas.
• Segundo mes de vida:
En el segundo mes de vida de las plántulas no pasará nada espectacular. Algunas morirán. Simplemente desaparecerán. Un día las veremos tumbadas y luego desparecerán de nuestra vista. Otras se mantendrán verdes, pero sin, aparentemente, mostrara ningún tipo de crecimiento. Y otras, las más fuertes, engordarán un poquito, pero en ningún caso de forma espectacular. En este mes el semillero debe mantenerse en un lugar bien aireado, preferentemente en el exterior. Unas plántulas tan pequeñas no resistirían una helada, pero pueden aguantar perfectamente el frio de la noche, siempre que no baje de 0ºC. En cuanto a la climatología diurna, simplemente tendremos que procurar que estén en un sitio bien iluminado, pero si recibir la luz del sol directamente más que un rato pequeño. El incremento de la cantidad de sol debe ser paulatino: el primer día del mes nada . . . y el último día del mes algo, pero no demasiado. Si hemos iniciado el proceso a principio de primavera, o incluso a finales del invierno, el riesgo de que el sol este muy fuerte no sea excesivo. En cuanto a los riegos, en algún momento del mes dejaremos de pulverizar diariamente para empezar a hacerlo intermitentemente, es decir, un día sí y otro día no. Yo pulverizo durante mucho tiempo, desde arriba, hasta que veo que sale agua por lo agujeros de drenaje. Me parece la forma más natural de regar y, además, no corremos el riesgo de que un chorro de agua tumbe a alguna de las plántulas.
En este ejemplo, 56 días después de haber sembrado las semillas, las plántulas continuan creciendo y diferenciándose unas de otras.
Como se puede ver en esta foto, ya no son verdes todas las plántulas.
• Tercer mes de vida:
Tampoco en este mes va a pasar nada especial, pero sí que empezaremos a notar que las plántulas tendrán un aspecto mas fuerte y estarán algo más grandes. Es probable que el mes pasado hayamos perdido algunos ejemplares por eso, si queremos estar seguros de que tendernos algún superviviente es recomendable que sembremos bastantes semillas. A mí me gusta ir incrementando bastante la cantidad de sol que reciben las plántulas. Es posible que esto acelere la muerte de los ejemplares débiles, pero también hará que los ejemplares sanos crezcan fuertes y vigorosos. Si estamos aportando la "suficiente cantidad de sol" el color de las plántulas dejará de ser verde y empezará ser parduzco-bronceado (que, en algunas especies, ya empezará a recordar ligeramente el color definitivo del Lithops cuando sea adulto), en contra lo que pudiera parecer, esto no sólo no es malo, sino que es una señal de que toda va perfectamente. En cuanto al ritmo de riegos, en este tercer mes se puede volver a reducirse la frecuencia, pasando a regar un día de cada tres, es decir un día sí y dos días no.
En este ejemplo, 97 días después de haber sembrado, algunas de las plántulas (las más avanzadas) ya comienzan a hacer su primera muda.
• Cuarto mes de vida:
A finales del cuarto mes, o principios de quinto (antes o después dependiendo de la cantidad de agua y sol que estén recibiendo las plántulas) se producirá la eclosión. Hasta este momento aún no hemos visto las hojas verdaderas, pero de repente surgirán (normalmente por el centro, aunque también puede que lo haga por un lateral) las primeras hojas de nuestro joven Lithops, que ya no será un plántula, sino un Lithops propiamente dicho. Insisto que este espectacular cambio puede producirse a finales de este cuarto mes, a lo largo del quinto mes, o incluso puede que en el sexto. Yo no soy partidario de abonar a las plántulas, pero si se desea que crezcan más vigorosamente, a partir de este momento, puede abonárselas con cualquier fertilizante para cactus (en una dilución con el doble de agua de la cantidad a de agua que indique el fabricante del fertilizante). En todo caso, en este momento yo suelo mantener el semillero a pleno sol y continúo reduciendo el ritmo de los riegos, que bajan a un día de cada cuatro, es decir un día sí y tres días no.
En esta foto, tomada 121 días después de haber sembrado, este es el aspecto de
las primeras hojas verdaderas de un Lithops amicorum TS67 S2-5A, que ya han roto los cotiledones.
• Quinto mes de vida:
Normalmente, en este mes terminará la primera muda del Lithops, que ya debe ser reconocible con los rasgos comunes de su especie. A partir de este momento las probabilidades de supervivencia de los Lithops aumentan sustancialmente. Todavía no son adultos, pero ya son mucho menos susceptibles a desaparecer súbitamente. No tengo claros los motivos que hacen que en algunos semilleros muchas plántulas alcancen este estado, mientras que en otros semilleros el porcentaje de Lithops que sobreviven sea mínimo, o incluso nulo. A lo largo de este mes yo suelo volver a reducir el ritmo de riegos, que bajan a un día cada cinco, es decir un día sí y cuatro días no. En cuanto al sol, a mi me gusta cultivarlos a pleno sol, pero si se trata de alguno de los meses de máximo calor en Madrid, les protejo con una malla para que el sol llegue filtrado y no terminen achicharrados.
Ejemplo de un Lithops optica 'Rubra' con su primera muda prácticamente terminada.
• Sexto mes de vida:
De nuevo vuelvo a reducir la frecuencia de los riegos, que ahora pasan a un día cada seis, es decir, un día sí y cinco días no. Todo en la vida de un Lithops es lento, especialmente en esa fase de su vida, así que no podemos esperar fuertes crecimientos, pero, poco a poco, los Lithops deben verse cada vez más grandes.
Ejemplo de un Lithops lesliei ssp. lesliei v. hornii 'Greenhorn' C015A
ciento ochenta y tres días después de haber sembrado. Ya es perfectamente reconocible.
• Séptimo mes de vida:
¡Nada nuevo bajo el sol! Hablando del sol, si hemos sembrado a finales del invierno, en este mes debe ser muy fuerte. Ese es el máximo riego del que debemos proteger a nuestros Lithops en este momento, tenemos que estar seguros de que no sufran quemaduras que podrían costarles la vida. En cuanto al ritmo de riesgo, yo suelo continuar disminuyendo el ritmo, de forma que ahora paso a regar un día de cada siete, es decir, un día sí y seis días no.
A estas alturas, los jovenes Lithops ya tiene su aspecto característico, en este aso se tratas de un Lithops pseudotruncatella Alpina C68.
• Octavo mes de vida:
Normalmente ya deberíamos estar tranquilos. Nuestro ejemplar no va a morir. Sólo tenemos que continuar dándole los mismos cuidados que en meses precedentes y, una vez más, continuar disminuyendo el ritmo de los riegos, que en ese mes podría ser un día de cada ocho, o incluso uno de cada nueve. Es decir, un día sí y ocho días no.
229 días después de haber sembrado las semillas, este ejemplar de Lithops schwantesii 'Rugosa' (green), tiene este fenomenal aspecto.
• Noveno mes de vida:
Ya casi tenemos un ejemplar que, si bien no es un adulto, si que le podemos considerar un adolescente (es decir, yo no es un niño). Si empezamos a principio de año, ya tendríamos que tener ejemplares bien formados, con unos colores y formas que recuerden perfectamente a como sería un ejemplar adulto de esta especie. El ritmo de los riego debe hacerse, una vez más, algo más lento. Adora podemos empezar a regar un día de diez, o incluso uno de de cada once. Es decir, un día sí y diez días no.
Este Lithops naureeniae C304 yae tiene la forma y los colores típicos de su especie.
• Décimo mes de vida:
En este momento los Lithops, posiblemente estén a punto de hacer su segunda muda. No es raro que, algunos ejemplares, no necesariamente todos, hagan dos mudas durante su primer año de vida. Lo normal es reducir otra vez el ritmo de regado, que ahora se hará uno de cada doce días, es decir un día sí y once días no.
Como se puede ver, este Lithops amicorum TS67 ya está haciendo su segunda muda (280 días después de haber sido sembrada la semilla).
• Decimoprimer mes de vida:
El ejemplar de Lithops ya estará completamente aclimatado a su lugar de cultivo. Si empezamos a principio de año es posible que ya haga frio, en todo caso debemos continuar cultivándole en el exterior y no será necesario protegerle por las noches, salvo que hiele, en cuanto caso habrá que habilitarle de un tejadillo o cualquier otra cosas que se nos ocurra para evitar que muera por efecto de una helada. En cuanto al ritmo de los riegos, una vez más los haremos más espaciados. En este mes podemos bajar a un riego cada trece días, es decir un día sí y doce días no.
Otro de los ejemplares de Lithops optica 'Rubra', trescientos treinta y siete días después de haber sido sembrado,
con su segunda muda casi terminada.
• Decimosegundo mes de vida:
Aunque todavía no podemos decir que nuestro Lithops sea una adulto (no lo será hasta que cumpla tres años y produzca su primera flor) ya debe ser tratado como si lo fuera. Por lo que, si todo va normal, el ritmo de regado será de una vez cada dos semanas así que, más o menos, regaremos uno de cada dos sábados (es decir un sábado sí o un sábado no), o uno de cado dos domingos, o uno de cada dos lunes, . . .
Lithops schwantesii 'Rugosa' (green) ,383 días después de haber sembrado las semillas, con su segunda muda muy avanzada.